Los resultados de la encuesta son, en su mayoría, bastante altos y alarmantes. El 73,67% opinan que la reestructuración financiera se ha producido de una manera precipitada y con ausencia total de transparencia. Por esta razón, predomina un ambiente hostil en las oficinas de las cajas de ahorro hacía sus directivos, calificados en su mayoría como incompetentes, señalados como los principales culpables de esta situación, junto con los políticos.

La reforma financiera ha provocado un ambiente encrespado en el lugar de trabajo de los empleados, según el 88,89% de los encuestados, debido al temor a cambiar de residencia por motivos laborales o a ser despedidos.El dato más significativo del estudio es que el 96% de los encuestados ven muy cercanos los recortes de plantilla en su propia oficina.

Además, preocupa la extinción de la “Obra Social” que actualmente llevan a cabo las principales cajas de ahorro. La mayoría señala esta consecuencia como la más importante de la desaparición de ciertas cajas, así como la perdida de miles de puestos de trabajo.