La banca toma el camino fácil e ignora el crédito a particulares

La barra libre impuesta por Mario Draghi, comienza a convertirse en un arma de doble filo para la economía europea. La concesión de préstamos sucumbe ante el camino fácil: acudir al BCE para inyectar liquidez en un sector financiero que se acomoda en el camino del dinero fácil, desoyendo la búsqueda de inversores que puedan incrementar la caja de capital de la banca.

Es más, el pasado viernes se marcó un nuevo récord de depósitos en la institución monetariam que volvió a prestar a la banca otra desorbitada cantidad de dinero: 455.300 millones de euros, cifra que se ha superado hoy con el préstamo de 463.500 millones que Draghi ha desembolsado a las entidades europeas.

De esta manera, la ‘barra libre’ puesta en marcha por Draghi no deja de escalar desde que se anunciara en los últimos estertores del pasado año 2011. La escasa rentabilidad de los préstamos – 1% – al que el BCE presta el dinero (pero oficial del dinero rebajado por el propio Draghi) se convierte en una complicada arma de doble filo que sufre sobre todo el ciudadano, es más, los banco, en lugar de buscar mayores rendimientos incentivando el crédito concedido, optan por tomar el camino fácil.

La pregunta que se formulan los usuario bancarios no deja de resonar: ¿Por qué a la banca se le conceden créditos sin límite a un tipo de interés del 1%, y a los clientes sufren la sequía de préstamos impuestas por las entidades a las que pertenecen?

Se desploman los préstamos a particulares

La pregunta toma fuerza al observar los datos. Los préstamos de emergencia a un día siguen desplomándose día tras día. Hoy se han concedido tan sólo 1.390 millones, una cifra muy lejana de aquellos 4.800 de media con los que se cerraba el año pasado.

La maniobra a la que se está acostumbrando la banca se está convirtiendo, no obstante, en la pala que – no sólo está cavando su propia tumba – sino también la tumba de una economía que se sustenta en la fluctuación del crédito al particular. Fruto de ellos es que la desconfianza en el sector financiero no deja de crecer.