La gestión de los aeropuertos brasileños de Guarulhos (São Paulo), Viracopos (Campinas) y Brasilia, subastados ayer por el Gobierno de Dilma Rousseff, ha ido a parar a operadores argentinos, franceses y sudafricanos.
Con ello, queda frustrado el intento de las empresas españolas Ferrovial, OHL y AENA.
Un total de once consorcios han competido por los activos sacados a subasta.
Ahora, las firmas adjudicatarias tendrán que invertir 7.000 millones de euros en mejoras para antes de 2014, año en que el país será sede del Mundial de Fútbol.
Entre los distintos proyectos exigidos a las adjudicatarias figura la construcción de una nueva terminal en cada uno de los aeropuertos.