La agencia de calificación Fitch ha decidido cargar contra la banca británica. Lloyds y Royal Bank of Scotland han sufrido una reducción de su «rating» en dos escalones a largo plazo, desde «AA-» hasta «A», después de que la semana pasada lo hiciera Moody’s y debido a que ambas entidades tienen menos posibilidades de recibir de nuevo ayuda estatal en el futuro.
La agencia también ha decidido mantener en vigilancia negativa a Barclays, que podría ver también recortada su nota como consecuencia de un entorno político proclive a reducir el respaldo a los bancos británicos.