Josep Oliú, presidente de Banco Sabadell es un gran ahorrador, eso seguro. No sé si se gastará algo en cañas o pan tumaca, pero en lo que no gasta seguro es en ópticas y boutiques. ¿Sabíais que Oliú hacía las sustituciones de Jesús Puente en “Lo que necesitas es amor”? En realidad, ha sido banquero toda su vida, lo de los programas de la Tv no van con él, me imagino yo pero me lo invento que me gusta. Y cuento todo esto porque Oliú no se deja llevar por las tendencias, es un hombre vintage de pro, ha dicho que las gafas de hierro con óxido en las patillas no se las cambia ni aunque pretendas hacerlo con un cortafríos.
Las cremas, esas grandes desconocidas en Sabadell
No creo que el Sr. Oliú use crema hidratante, bueno, en realidad creo que no usa ninguna crema, ni de las de noche, día o antiarrugas. Y lo que es peor: tampoco la protectora del factor 376, ponerse como el capitán de “Vacaciones en el mar” sin la gorrilla no le viene bien a nadie, menos a usted que luego está más rojo que una Cangre-burguer. A juzgar por la foto en la que teníais que pinchado (os lo ordeno), el pobre banquero se ha hecho un peeling que le ha dejado la piel algo revenida, me escuece nada más verlo. ¡Pero hombre de Dios! ¿Dónde se ha metido usted? Eso sí, lleva siempre la barba impecable, pero me da a mí el “fato” de que usa loción después del afeitado de esas de botafumeiro, te lo echas hoy y dura toda la semana. Está pasando: cuando le das la mano a Oliú nos mira con su carita de Gollum para decirnos: “Esta loción es de Vin Diesel ¿te gusta?” Un consejo, no le dejéis vuestro móvil, luego os olerá a chamusquina, por lo del after save y tal. De nada.
Usa chaleco con sus trajes mientras las corbatas las roba en las tiendas de “Disney” con sus huellas de perro y los colores fantasía mientras habla de la crisis económica. Así no hay quien le crea. Los cuellos de las camisas almidonadas que le abrochan más bien regular con las corbatas hechas el peor nudo de la historia, yo le diría que mejor las corbatas de chicle, esas que se ponen con gomitas. Como buen banquero y “tío pesetas” reutiliza todos sus trajes son los llamados “por si acasos”. Por si acaso engordo, por si acaso menguo, por si acaso como lentejas, por si acaso… por si acaso, me apuesto lo que queráis a que lleva imperdibles en el bolsillo derecho de la americana, también por si acaso.
La Biperína Folclórica