El Gobierno y Bruselas han llegado a un principio de acuerdo sobre la Ley de Cajas por la que estas entidades podrán mantener el control de los bancos a los que traspasaron su negocio financiero. Eso sí, a cambio tendrán que rendir mayores cuentas a la Comisión Europea. Según fuentes conocedoras de la negociación, cuanto mayor sea el peso de la caja en el banco, mayores serán las exigencias de Bruselas. Sobre todo en lo que se refiere a control del gobierno corporativo y materia de transparencia.

Pero además, la ley recogerá que las competencias de supervisión se cederán a las Comunidades Autónomas, aunque será el Gobierno central quien ponga las reglas de juego. Y aunque todavía quedan algunos flecos por cerrar, la reforma se podría aprobar de cara al próximo verano, una vez haya superado todos los trámites parlamentarios.