Atisbos de esperanza en el sector del motor estadounidense, que ha registrado su mejor inicio de año desde que comenzase la crisis en 2008. Y todo gracias a la mejora económica y a la buena acogida de los vehículos de bajo consumo.
Los tres principales fabricantes estadounidenses han anunciado importantes aumentos de ventas. En el caso del Grupo Chrysler han sido del 34%, por encima de las 163.000 unidades, mientras que Ford ha experimentado un incremento del 5%, hasta las 223.000 unidades; General Motors, por su parte, ha avanzado un 12%, con más de 231.000 vehículos vendidos.