Fuentes policiales informaron a Servimedia de que el artefacto explosivo contenía unos 200 gramos de pólvora y un kilogramo de clavos como metralla. Además, la bomba disponía de un despertador.
No obstante, desde la Policía se indicó que se trataba de un artefacto de baja intensidad, con lo que habría provocado escasos daños en el caso de haber estallado.
Las fuentes consultadas explicaron que el artefacto fue localizado por un sacerdote de la catedral madrileña.