La escena de las películas de acción de "no voy a a hablar sin que esté presente mi abogado presente" ha llegado a las aulas. ¿Recuerdan cuándo un profesor era una autoridad como el médico, el boticario o el alcalde? Yo tampoco.
Los padres pueden acudir a ver al profesor de sus hijos acompañados de un abogado, es un derecho adquirido al que muy pocos padres recurren, pero haberlos los hay. Quizá les parezca exagerado, pero cuando el profesor dejó de ser una autoridad, los abogados salen para ver si su cliente tiene la razón.
Un alumno de 2º de Bachillerato ha suspendido un examen final de curso de Lengua y Literatura, la profesora no le aprueba porque el chaval no ha trabajado nada en el curso. No merece aprobar. "Tenemos que guardar los examenes entre 6 meses y un año, por si hay reclamaciones" nos cuenta una profesora de la Comunidad de Madrid. La realidad es que con una asignatura pendiente no se pueden hacer las pruebas de Selectividad, muchos padres intentan reclamar las notas de los examenes y "en algunas ocasiones hablamos de décimas" afirma la docente.
Esta profesora dice que la presencia de un abogado en la revisión "es una coacción a los profesores, que algunas ocasiones se sienten intimidados, porque ahora los padres siempre dan la razón a sus hijos". Cuando llegan al despacho del departamento pertinente se les enseña el examen y en las reacciones "hay de todo, algunos padres se convencen y otros no. Dicen que les hemos suspendido por manía".
Finalmente el profesor accede a hacer una nueva revisión "a nadie le gusta que desde Inspección Educativa de la comunidad le abran un expediente o que un padre ponga en entredicho tu profesionalidad ante un inspector". A veces los alumnos van a Selectividad en junio y otras veces en septiembre, todo depende del profesor y ahora también de tu abogado.