El Valencia logró un empate a uno muy valioso en Mestalla contra el Chelsea. Los de Unai Emery deben agradecer este resultado sobre todo a su guardameta Diego Alves, que en la segunda mitad se erigió con cinco intervenciones extraordinarias como el mejor de su equipo. Después, un penalti absurdo de Kalou que transformó Soldado igualó el gol de Frank Lampard.
Si el Real Madrid tiene un santo llamado Iker Casillas, ayer el portero brasileño del Valencia, Diego Alves, aprobó también las oposiciones a Santo en el Valencia. El conjunto che pudo salir goleado sin lugar a dudas de no haber sido por la brillante actuación del ex-futbolista del Almería.
Antes de su beatificación el partido transcurría sin demasiados sobresaltos para ninguno de los dos conjuntos. Pocos espacios y mucho respeto. Pero en la segunda mitad, el Chelsea sacó su calidad y puso en apuros a la defensa valenciana que de no ser por su guardameta hubiese encajado varios tantos. Aún así acabo llegando el gol de Frank Lampard ante el que nada pudo hacer Diego Alves.
Tras el tanto y los milagros de Alves, el Valencia se fue arriba, pero un gran Peter Cech desbarataba todo lo que rondaba por su área. Hasta que en el minuto 85 un acción absurda de Salomon Kalou que despejó un córner con la mano le dio a Soldado la oportunidad de marcar desde los 11 metros, y el delantero che no lo desaprovecho.
Al final un empate que no desagrada a ninguno de los dos conjuntos, en un encuentro en el que se recibió y se despidió a Juan Mata con una gran y sonora ovación. Está claro que el nuevo jugador “blue” dejó una gran huella en la afición de Mestalla.