Pasan las jornadas y a algunos responsables de los equipos importantes de nuestro fútbol ya les empiezan a temblar las piernas. Miran hacia arriba y hacia abajo en la clasificación para encontrar una posición que en pretemporada estaba marcada pero que ahora se encuentra más o menos lejos, por diferentes razones, aunque las más común es porque determinadas plantillas no terminan de funcionar.
Aunque para común lo que a estas alturas se les puede oír a muchos aficionados atléticos. La vuelta de Gregorio Manzano al banquillo rojiblanco no contó con demasiado apoyo a gran parte de la masa colchonera al principio de ejercicio. Una afición que permanecía a la espera por aquello de dar una nueva oportunidad al entrenador jienense. Pero después de cuatro partidos sin ganar, diez puntos conseguidos y únicamente dos victorias después de haberse jugado ya nueve partidos, los rojiblancos empiezan a perder la paciencia y más, tras ver que hay jugadores que no son capaces de darlo todo de sí.
En el Mediterráneo, por su parte, en el Submarino Amarillo de la Plana cunde la preocupación de verse en los puestos rojos de descenso. La directiva ha reafirmado a Juan Carlos Garrido pero sería normal que si el Villarreal no saca mañana ante el Rayo Vallecano un buen resultado, el puesto en el banquillo quedará libre, quien sabe si a ocupar por un “Míchel” que ya suena en todos los mentideros. Para colmo de males, el delantero Rossi se ha roto el ligamento cruzado anterior y estará seis meses de baja.
Para terminar, en Santander, el Racing todavía no ha ganado mientras ve como otros compañeros de ahí abajo empiezan a levantar cabeza. Además, el pasado miércoles, cuando los de Héctor Cúper lo tenían todo a su favor para ganar al Sevilla en el Sánchez Pizjuán, apareció el delantero Manu del Moral para bajar a los cántabros de la nube y dejarles con los cinco puntos con los que acompañan al Granada en lo más bajo de la clasificación. En caso de no ganar el domingo al Betis, puede que el entrenador argentino termine la jornada sin trabajo.