El frenazo del Barça escribe su nombre, el Espanyol consigue bajar al los de Guardiola de la nube de éxito a la que están acostumbrados, y le recuerdan con un 1 – 1 que esta liga no es un camino de rosas.

Un aplauso merece la estrategia que el técnico perico, Pochettino, diseñó para doblegar a un recién elegido mejor entrenador del mundo, un Pep Guardiola fiel a su estilo ofensivo. Sin embargo esta vez, la defensa se impone al mayor de los empujes en ataque, y un terco en la defensa de tres equipo blanquiazul, paró los pies a los culés.

Lo cierto es que ayer se vió a un gran Espanyol, a un equipo bien armado con potencia y técnica de medio campo hacia adelante. Su punto débil se intuye en la defensa que ayer obtuvo más que una ayuda, mano incluida.  

Se adelantaba el Barça, mediante un cabezazo de Fábregas desde la frontal que – a cuarto de hora desde el empiece – adelantaba a los blaugranas, sin embargo Álvaro logró empatar al final de un derbi soberbio, con más de una anécdota, como el penalti que no vio Turienzo y que pudo dar la victoria al Barça en el descuento.