Sin embargo, esta vez me llama la atención las dudas en los dos equipos sobre con quién van a competir. En el caso del Barça las dudas son variadas: defensa de tres o de cuatro, Mascherano o Puyol, Villa dentro o fuera, Pedro o Cuenca, o ninguno de los dos, Alexis…
En el caso de los blancos, la discusión se centra en si Mourinho usará a Lass y Khedira como titulares. Y en esto me voy a centrar.*
Me remonto a Valencia, hace unas semanas. El Madrid viaja a defender el liderato en un campo hostil, complicado, donde ni Barcelona ni Chelsea habían ganado este año. Y Mourinho pone en juego al francés y al alemán acompañando a Xabi Alonso. El partido del Madrid, el rival, el contexto del partido, hace surgir una idea en algunos comentaristas deportivos: Mourinho está ensayando el "trivote" para el Clásico.
Tres conceptos:
1.- No es trivote si Khedira juega (como jugó) diez metros por delante, en su versión de la selección alemana y del Stuttgart.
2.- En partidos complicados, Mourinho ya ha usado ese sistema. En Sevilla, en Copa, donde ganó. En la final de Copa del Rey (con Pepe en lugar de Lass). En casa, después de llevarse cinco del Camp Nou, jugó así contra el Valencia. Ganó siempre, y salvo en la primera parte de la final de Copa, nunca brilló.
3.- En el último encuentro de Mestalla, Mourinho no tenía a Di María, en crecimiento exponencial desde que empezó el año.
Yo no sé si Mourinho usará dos acompañantes para Xabi para poder llevarse el Clásico. Pero sé que no me parecería lógico.
Con el 4-2-3-1, el Madrid ha brillado, ha ganado y ha goleado. Repasando las primeras partes de los partidos que ha hecho el equipo blanco a lo largo de la temporada en casa, llego a la conclusión de que el mejor arma del Madrid, la más destructiva, es cómo empieza los partidos, cómo los soluciona antes de que el rival se dé cuenta. Y que esté enfrente el Barcelona, aunque suene temerario, no es óbice para hacerlo de nuevo.
Ganar, para el Madrid, es darle un golpe a la Liga. Aunque hemos visto remontadas de ese calibre con menos tiempo, y jugar hay que jugar hasta mayo, nueve puntos son demasiados. El daño anímico sólo lo puede calibrar el que pierde, y si fuese el caso del Barça, tendría un Mundial de Clubes para resarcirse.
El verdadero golpe anímico del Madrid debería ser en relación a sí mismo. Ganar es bueno. Ganar y dominar al Barcelona es salir de esa esquina en la que el Madrid lleva arrinconado tres años pidiéndole a su máximo rival que no le haga daño.
Hay muchos caminos para hacer lo primero. Pero hay uno que funciona, y con el que el blanco reluce, para hacer lo segundo.
*Todo esto no vale para nada a partir del sábado a las 22:00.