Afrontar las salidas del Real Madrid a un partido se ha convertido en misión imposible. Los hombres de Jose Mourinho comienzan los encuentros a 1000 por hora. Tocan, se mueven y sobre todo presionan la salida del balón del rival de manera asfixiante. Soporta esa carga de físico y ritmo es prácticamente imposible.

Y eso es lo que le ocurrió ayer al Villarreal. En 10 minutos ya había encajado dos goles y sólo les quedaba seguir achicando agua para que no llegaran más. Benzemá tras un prodigioso pase de Di Maria se coló hasta la cocina y batió a Diego López. Kaka puso el segundo tras una gran jugada colectiva y un disparo marca de la casa. Y Di María sentenció el encuentro a mediados de la primera parte tras un contraataque culminado a la perfección.

Tras el vendaval no hacía falta apurarse, no es necesario humillar al rival. Aunque queda claro que si los blancos hubiesen querido el Submarino amarillo hubiese quedado hecho añicos. El Madrid lo hundió en la primera parte y después se limitó a observar, a disfrutar y a que sus jugadores recibiesen una merecida ovación del público.

Por su parte el que continúa dando la sorpresa es el Levante. Los de Juan Ignacio Martínez volvieron a ganar otro encuentro más, esta vez en el último minuto ante la Real Sociead por tres goles a dos. Suma y siguen los granotas que poco a poco podrán ir planteándose objetivos más superiores que la salvación.

Además, en los encuentros de ayer el Valencia se llevó la victoria de la Romareda gracias a un gol en los últimos minutos del internacional español Jordi Alba. El Rayo Vallecano sorprendió al Málaga y logró su primer triunfo en Vallecas esta temporada por dos goles a cero. Y por último el Sporting de Gijón abandonó los puestos de descenso tras vencer a domicilio al Mallorca por un tanto a dos.