Ahora, el Gobierno da un plazo de dos años para las entidades fusionadas para que saneen sus balances. Vamos, que nos ponemos en 2014. En total, seis años perdidos para nuestra economía, con el tejido productivo sobreviviendo de milagro y las pymes ahogadas y los ciudadanos cada vez con menor poder adquisitivo, cuando no en el paro y casi en la indigencia.
Está claro que las principales causas de la crisis han sido la increíble deuda de las Administraciones Públicas y los problemas de la banca con el ladrillo. De la primera ya hemos hablado y seguiremos hablando. Pero ahora la noticia está en la segunda.
La banca espera que sus activos inmobiliarios se revaloricen por arte de magia. En vez de venderlos a precios razonables, asumiendo las pérdidas, han preferido esperar a que el Gobierno les obligue a provisionar. Pero han ganado tiempo. ¿Tiempo para qué? Para no dar las pérdidas que hubieran sido razonables dado el batacazo del ladrillo en los últimos años.
¿Y que importa que hubieran dado pérdidas? Pues muy sencillo. Si dan pérdidas, se reducen los dividendos, y cae el valor de la acción. ¿Y quienes son los mayores afectados? Los propios directivos de las entidades bancarias, cuyos 'bonus' dependen, en su gran mayoría, del precio de la acción y de los resultados del banco.
Al final, por unos pocos -directivos de banca-, con el consentimiento del Gobierno, el tejido empresarial español, constituido en un 90% por pymes, se está resintiendo y se está destruyendo. Y el empresario no tiene más remedio que despedir a trabajadores para poder asegurar la supervivencia de la empresa. Y así hemos llegado a los cinco millones de parados.
Y mientras, los bancos reciben ayudas públicas. Porque recibir dinero al 1% del BCE y ponerlo en deuda del Estado al 5% no tiene otro nombre que el de ayudas públicas. Y con eso, van saneando los balances, con el dinero de todos, en vez de hacerlo con su dinero, vendiendo los inmuebles a precio razonable, o casi de ganga, y asumiendo las pérdidas de las que sólo ellos son culpables: porque la burbuja inmobiliaria la han generado los bancos, con préstamos a promotores para financiar el suelo, con préstamos a bajo interés para generar volumen y con financiaciones del 100% de la vivienda e incluso más.
Esperemos que los bancos no fusionados saneen pronto sus balances, y para ello tengan que vender inmuebles a precios asequibles, reciban dinero líquido y vuelva a fluir el crédito para empresas y particulares. Sólo así volveremos a la senda de crecimiento en la economía española, volveremos a crear empleo y entraremos en un nuevo círculo virtuoso de la economía, y no en el vicioso que llevamos soportando cuatro años y que podemos soportar hasta seis años. Seis años perdidos.