Bankia: Crónica de una muerte anunciada

Después de 300 días y 500 noches, y más de tres mil millones de euros colocados, casi quinientos millones de acciones se colocaron a minoristas desde mil euros, con el triste argumento de la gran oportunidad de compra que significaba, por los descuentos que ofrecía. Los hechos se han empreñado en contravenir la argumentación esgrimida y la gran recomendación de compra, idónea para los intereses de los minoristas, se ha convertido en más de mil millones de euros de pérdidas para los que cayeron encandilados por el poder de la marca y la falta de asesoramiento profesional.

Pero como si el tiempo lo curase todo, en una especie de Alzheimer crónico sobre los errores del pasado, la entidad se entregó en cuerpo y alma a cumplir las nuevas exigencias de capital exigidas, y de nuevo dentro de esta argumentación, tan en uso todavía en los tiempos que corren, de esto es una gran oportunidad, se dedicaron en cuerpo y alma al intercambio a gran escala de cromos con los minoristas, con la loable intención de homologarlos y siempre teniendo en cuenta, por supuesto, la idoneidad de los mismos a los intereses de estos últimos.

Una vez más, que el alzhéimer crónico también se da entre este tipo de ciudadanos, los minoristas, esta vez con una fe a medias en la marca pero con la firme creencia en sus sólidos conocimientos financieros que justificaban la ausencia de cualquier tipo de asesoramiento profesional sobre la conveniencia de los instrumentos financieros ofertados, acudieron en masa a los canjes de preferentes. El espectáculo primaveral que hemos ofrecido, no solo por parte del maldito, sino del resto de sus adláteres, ha sido digno de comentario por la CNMV en su informe trimestral del año en curso, y de reflexión sobre los que se juegan los cuartos en el mercado financiero.

La solución no ha podido ser más precisa: hay que renovar la cúpula directiva con un equipo profesional. Pregunta: entonces, ¿qué hacían los que estaban antes? El cambio de sillón de un consejero, hace escasos 15 días, de una entidad financiera a una eléctrica, sirve de ejemplo clarificador para contestar a esta interrogante. El salvador del barco, un profesional con 50 millones en un plan de pensiones, garantiza que ahora sí, por fin, se empezarán a tomar decisiones empresariales en beneficio de los accionistas….. minoristas. Y en este guión consensuado de antemano, la realidad de la compañía, aconseja hacer caja de donde sea y a costa de quien sea, al fin y a al cabo, quienes compraron sus participaciones empresariales buscaron más un puesto en el consejo que el beneficio de la entidad. Las posibles afectadas, con algún tipo de daño colateral, en estos tiempos de volatilidad extrema son entre otras, IAG (12,1%), NH Hoteles (15%), Indra (20%), SOS (18%), Iberdrola (5,41%) o Realia (27%). Los antiguos gestores, eso sí,  han dejado el asunto en las manos expertas de quienes les colocaron a las puertas de la gloria.

¿Y los minoristas? Dependiendo del activo tóxico y de la añada del vino, 2011 o 2012, pérdidas del 40% o del 30%, o incluso desconocidas a la fecha, aunque esperadas, como es el caso de los más de seis millones de euros colocados en preferentes por el mascarón de proa del proyecto, porque para que se paguen los intereses comprometidos, primero hace falta que la entidad produzca beneficios, y mucho nos tememos que una de las razones de la intervención ha sido conocer la realidad de la situación, y por supuesto la defensa de los intereses de los accionistas… minoristas.
Accionista, minorista, la realidad es la que es, así que la próxima vez que le entre algún tipo de desazón cuando pase delante del escaparate de esas tiendas cuya mercancía de intercambio es el dinero en sus distintas acepciones y formatos, consulte con un asesor financiero profesional, porque al tendero el género se le ha acabado, y es más que probable que le saquen lo que a Vd. le quede, eso si, a cambio de una estampita que podrá intercambiar los domingos en el rastro.

Ramón Zárate.
Socio-director de Zárate EAFI.