Mientras la banca europea busca su refinanciaciación, valorada por J.P. Morgan en más de 200.000 millones de euros, los líderes de los principales bancos centrales del mundo siguen a lo suyo. El del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, de gira de despedida, reclamando una bajada de tipos que -según el mercado-no llegará de su mano este jueves. Y el de la Reserva Federal, Ben Bernanke, echando balones fuera.
La culpa del frenazo de la economía mundial en general, y estadounidense en particular, corresponde a Europa. Es más, insiste Bernanke en que la ralentización americana corresponde también a factores como la primavera Árabe, el terremoto de Japón, o la tan manida mirada a China para recordarle que necesita apreciar su moneda -por lo menos- un 15%.
Tiene razón el presidente de la FED cuando dice que hay factores externos, pero se le olvida que el frenazo norteamericano comenzaba cuando quitaba la última ronda de estímulos a la economía. Un error, quizá no reconocido implícitamente, pero asumido al asegurar que la puerta a cualquier medida está abierta. ¿Veremos una QE3?