Eso sí, puestos a ser claros, uno de ellos usa todo el bote debido a su parecido con José Luís Rodríguez “El Puma” y el otro se deja la mitad para otro boleo, como dicen en Toledo, porque lo que a uno le sobra a otro le escasea. Pero el presidente de Endesa y de Iberdrola no solo comparten la afición de Il Cavalliere. Por cierto, si ustedes que están leyendo esto, creen que soy una desvergonzada y quieren mandarme unos sicarios, les diré que dejen las alarmas para la factura de la luz que nos va a venir en los próximos meses, que no me refiero yo a que el Sr. Prado y el Sr. Sánchez Galán hagan fiestas con señoritas de moral agitada, no, hago alusión a la pareja contra las canas de Lady Grecian 2000 ¡¡Mal pensados!!
Y no crean ustedes, que el presidente de Endesa es un valiente. Se pone la vida por montera y arriesga, no sé si lo hace en los negocios pero vistiendo… arriesga. Lo mismo felicita a sus trabajadores por pantalla como los modernos, que se planta un traje de raya diplomática que no se lleva desde que el mundo no sigue a Franco Moschino. Eso sí, el Sr. Prado no es demasiado corporativo, cosa que sí le ocurre a nuestro hombre de Iberdrola, se ponga el traje que se ponga ahí que se planta la corbata verde y lo mismo le da que sea verde oliva que una corbata que haya recogido toda la radioactividad de Fukushima. Sánchez Galán se pasea con ella por donde haga falta.
Por su parte el líder de Endesa usa el gris en todas sus versiones que combina nefastamente con corbatas payasonas y camisas del “Titi Uomo” solo a la venta en la Mercería Antonia. Lo que me extraña es que pueda pasear por la calle sin que la policía le detenga por dejar los ojos secos a los viandantes ante tales corbatas que van del color rojo fiel a los indios atletístas hasta el berenjena nazareno que no debería sacar más allá de Semana Santa, si es que usted devoto del Cristo de Medinaceli.
Y voy a ir terminando, que lo poco agrada y lo mucho cansa, aludiendo a los monóculos de los hombres del chispazo. Al de Endesa no es fácil verle con gafas lo que sí es un complemento fijo en el de Iberdrola. Y dirán ¿Qué de malo tienen los quevedos? Pues nada si no fuera porque llevan lentes con montura al aire igual que Florentino Pérez (ya iré con usted, no se confíe que yo no salvo ni al apuntador). ¡¡¿Quién les ha engañado señores míos?!! Un consejo: la legión de los gafa-pasta ha llegado a la sociedad, háganse de su panda, hagan el favor. Esto por no hablar de la parte de “separados al nacer” de los presidentes de las eléctricas. Prado bien podría ser hermano mayor de Pedro J. y Sánchez Galán el pequeño de Agustín González en “Los ladrones van a la oficina”.
¡Hombres del mundo! Las canas son un primor, no os tiñáis. De nada.