Se intensifican los esfuerzos para alcanzar un acuerdo entre patronal y sindicatos en torno a la reforma laboral. Hoy turno para los técnicos, en unas reuniones que se llevan a cabo con el mayor sigilo posible.
El objetivo: buscar el acuerdo lejos de los focos. Sin embargo, lo que hasta hace unos días era optimismo, hoy empieza a tornarse en desánimo.
Las declaraciones públicas de unos y otros, cruzando acusaciones, invita a pensar a que finalmente habrá acuerdos en cuestiones muy concretas.
Algo que llevará al Gobierno a tener que legislar. Y deberá hacerlo sin vacilar, y sin dejarse influir por las presiones de unos y otros, ya que la cifra de 5 millones de parados -y subiendo- obliga a tomar decisiones rápidas, concretas y meditadas.