El chiringuito del tecnicismo

Así que no hay más tu tía: o entonces hubo muchas mentiras y las calificadoras se las comieron enteras, o la está habiendo ahora y las agencias no las ven. O son las agencias las que mintieron: entonces, o ahora. O mintieron todos a la vez, que va a ser la opción buena.

Lo que sí está claro es que en unos años no se pasa de tener una deuda que es campeona internacional de la credibilidad de los mercados, a otra que es más fea que pegarle a un padre con un calcetín usado.

Mi impresión es que las agencias de calificación están guiadas por tecnicismos de mercachifle, sin más mercado que el de los propios hechiceros que los generan, pero que se nos han impuesto como nuevo dogma de fe. Diga usted prima de riesgo, bono convertible y Troika, y verá como en el bar empiezan a tratarle de Don y le dan la mejor tapa, aunque ni usted, ni el que lo dijo en la tele, tengan ni la más repajolera idea de a quién le están fiando la paga del fin de semana. Porque nadie sabe el agujero que hay de verdad, pero los que viven de él no quieren que se note, para que no les cierren el chiringuito.