Copichuelas fiscales

El líder de turno rotatorio de nuestra Hacienda, Cristóbal Montoro, es capaz de desdecirse en tres respuestas seguidas en la misma entrevista. Primero, más impuestos especiales a alcohol y tabaco por sus, cito textual, “externalidades negativas”. Segundo, no tocar más a los carburantes, como si estos no tuvieran externalidades de esas que se deben gravar. Tercero, que la tendencia será introducir impuestos indirectos en consumos que sean perjudiciales para el medioambiente. Ustedes me lo expliquen porque, o yo estoy tonto, o es imposible atinar.

Bastantes de mis representantes públicos me recuerdan a aquel chiste en el que Jaimito pedía “wiyuwiyu de pipas”, y el estanquero le preguntaba “¿cinco duros de qué?”. Ni se les entiende, ni les interesa que se les entienda. Solo interesa que hayan dicho palabros muy complicados y rebuscados, que parece que dicen algo pero ocultan lo sustancial: que nos van a freír a impuestos porque no es que no sepan tapar el agujero, es que no saben dónde está, ni cómo se creó. O lo saben. Pero callan. No vaya a ser que sepamos la parte de culpa que tienen.