Hoy el ministro de Economía ha vuelto a hacer lo que mejor hace: ir desvelando por capítulos lo que previamente se ha desmentido desde Hacienda, y que tarde o temprano va a ser una realidad. Ya tenemos cifra, ya tenemos dato de déficit con el que España va a cerrar 2012 – no, no es el 6,3% – es el 7,4%, dos dígitos separados por un coma que dicen mucho. Dice por ejemplo, que no vamos a cumplir con el objetivo de déficit, dicen que el ministro Montoro mintió el sábado pasado cuando repetía una y otra vez que sí vamos a cumplir, dice que la secretaria de Estado de Presupuestos, la señora Fernández Currás mintió cuando confirmó que cerraríamos en línea con lo pactado, y por encima de todo, dice que Gobierno y Bruselas saben desde hace tiempo que no íbamos a cumplir el pacto de disciplina fiscal este año.
Ya se han buscado escusa desde el Ejecutivo – la ha dado hoy el ministro de Economía – ¿Quién es el culpable de incumplamos una vez más lo eternamente prometido? El Gobierno no por supuesto – esta vez, otra vez – el culpable que nos hace una vez más quedar como unos idiotas delante de Europa, el culpable que vuelve a restar credibilidad a España – si es que ahora queda algo de eso – es la maldita banca, las malditas pérdidas derivadas de las ayudas que el Ejecutivo ha tenido que inyectar en Bankia y en Banco de Valencia.
De nuevo, culpables sin rostro, de nuevo este Gobierno vuelve a cargarle el muerto a otro para no tener que asumir, primero que ha perdido un tiempo que no tenía, y segundo que ha mentido hasta el último minuto, hasta que ya no quedaba otra que reconocer las cosas como son, y como serán.
Oiga, ¿y que dice Bruselas? Porque el castigo por no cumplir el pacto de disciplina fiscal en Europa es una sanción que no nos podemos permitir tal y como están las cosas. Bueno Bruselas se hace cargo, vamos que de puertas hacía afuera se ha creído la bola que De Guindos se ha sacado de la manga, es decir, que comprenden que si España se desvía en un 1,1% de déficit es por la banca, que no es culpa del Gobierno español.
Que tío De Guindos, con lo mal que se vende a los españoles y lo bien que se vende en Bruselas.
Lo que hoy ha dejado entrever el Ejecutivo de Mariano Rajoy tiene dos lecturas: la positiva: convence al comisario Olli Rehn. La negativa: se abre la veda para que las CCAA hagan lo mismo que está haciendo España con Bruselas, es decir, "yo a mi hijo no le puedo castigar por no hacer los deberes, si yo no los hago antes".
La rebelión fiscal que puede llegar desde las autonomías puede ser un problema multiplicado por 17, y eso es mucho problema para un Gobierno con un liderazgo tan pequeño.
A ver con qué cara vas ahora, Cristóbal, a exigirle a Cataluña, a Andalucía, a Navarra o a quien sea…que tiene que cumplir un techo del 1,5%, si tu eres el primero que no lo haces. Ah! ya…que las CCAA no tienen ahora mismo bancos a los que echarle la culpa, pero si tienen una lista enorme de escusas de las que ir tirando mientras España se queda a mitad de camino de la carrera por salir de la crisis.
¿Quién va a respetar ahora un acuerdo propuesto por este Ejecutivo? Para pedir respeto, primero hay que respetar a lo que uno se compromete. Aquello de la realidad nos ha hecho cambiar la política está demasiado visto, esa escusa está muy quemada, aburre y lo peor de ser un tan poco original, es que das luz verde a que cualquier presidente del Gobierno venga a España a incumplir promesas, argumentando que la realidad lo cambia todo.
La realidad siempre ha sido la misma, la misma que fue cuando el partido popular escribió su programa electoral, la misma que cuando Rajoy decidió hacer lo contrario de lo que había prometido en su debate de investidura, la misma que cuando el pasado sábado Cristóbal Montoro se enfadaba al tener que repetir que "sí cumpliremos con el objetivo de déficit", la misma que – dos día después – hace que Luis de Guindos y Olli Rehn abran la puerta al lobo de las promesas incumplidas.