Por lo menos, así se ha pronunciado el Subdirector General de Tráfico, en un foro sobre la gestión de las carreteras que se ha celebrado esta semana en Madrid y que ha puesto en alerta a todos los conductores, ya sean profesionales o no, porque las declaraciones de este ejecutivo, al que le quedan dos telediarios, no pueden ser más desafortunadas y hechas a destiempo. Menos mal que será sustituido en breve porque, ¿es esa la fórmula que propone este político para crear empleo?. ¡Pues, estamos arreglados!.
Sinceramente creemos que esto es ya la gota que colma el vaso, porque tanto automovilistas como conductores profesionales y camioneros, están hartos de que la carretera, el automóvil o la profesión de transportista sirvan como soluciones o alternativas para equilibrar presupuestos.
Y es que, la mayor parte de las inversiones del Ministerio de Fomento se han derivado hacia el ferrocarril en detrimento de la carretera y que,como ya declaró su titular, fueron recogidas en los Presupuestos Generales del Estado para 2011.
Por otro lado, la alta fiscalidad impositiva que afecta al sector de la automoción y el transporte, tanto sobre vehículos como en carburantes, debería dedicarse, precisamente, al mantenimiento de las carreteras y servicios anexos. Y eso, sin contar con la notable recaudación de las sanciones por infracciones en el tráfico, que supone un buen “pellizco” lo que ayudaría a paliar el déficit y a mejorar la seguridad vial, porque, ¿adónde se destinan los cientos de millones de euros que la DGT recauda en multas cada año?. ¿A equilibrar presupuestos o a subvenciones a asociaciones de “amiguetes”?.
Con esas recaudaciones por sanciones de tráfico, se podrían mantener durante el año las carreteras, autovías y autopistas españolas, sin necesidad de recurrir a presupuestos extraordinarios o a imponer una tasa por el uso de los viales.
Es de esperar que el nuevo Gabinete que comenzará a gobernar España el próximo día 22, tome conciencia de que asfixiando al automovilista y al camionero, lo único que se conseguirá será reducir muy considerablemente la circulación de vehículos, con el consiguiente empobrecimiento de la sociedad española.
Por eso, desde DIARIO FINANCIERO abogamos porque el importe de las sanciones de tráfico, sea destinado íntegramente al mantenimiento de nuestras carreteras.
Si se hace caso a esas declaraciones desafortunadas, de un político “en funciones” como es el actual Subdirector General de Tráfico, de implantar el pago por el uso de carreteras, es posible que se acaben los “atascos”, se reduzcan los accidentes y el tráfico será más fluido, pero lo que sí es seguro es que se aumentará la presión fiscal y todos habremos perdido libertad.