La Defensa y sus Presupuestos

El presupuesto previsto para el año 2012 es de 6.316 MM de Euros, frente a los 6.929 del año anterior. Ello supone una reducción del 8,8%. De esa cantidad corresponde al llamado Capitulo 1, Gastos de Personal, 4.636 MM. En cuanto a las inversiones reales se baja de 1005 a 654 MM lo que supone una disminución del 34,9%… Igualmente, las horas de vuelo o días de mar quedan afectados en una proporción considerable. En resumen, el total del presupuesto coincide prácticamente con el hace diez años y refleja una bajada de casi un 24% en los últimos cinco años. Hasta aquí los grandes números que hablan por sí solos. Pero si es importante hacer dos consideraciones.

 

Por una parte, hay en la opinión de los responsables militares, una aceptación de las cifras como consecuencia de la situación económica general en el país. Es decir, se comprende, sin contestación pública, que las circunstancias mandan. Pero sí ha habido una importante comparecencia del Jefe del Estado Mayor de la Defensa en el Congreso de los Diputados el pasado 17 de Abril exponiendo las cifras y el desglose en sus aplicaciones. En ella se hace una exposición razonada de la situación presupuestaria y de las consecuencias lógicas de la acumulación de recortes en los últimos años. Se ha disminuido la capacidad operativa y con ello se ha asumido un aumento del riesgo. En el resumen de su intervención se advierte que, si bien el riesgo actual mas importante es el de la crisis, el cambio de las circunstancias geoestratégicas podría alterar este orden. Nuestros políticos deberían tomar nota de estas reflexiones.

 

Y por otra, parece haberse instalado en la opinión política y pública, en general, una cierta idea de que las misiones de las Fuerzas Armadas ha quedado diluidas en operaciones militarmente “blandas”, en el que cuenta más la presencia militar que la esencia de sus capacidades y que quitaría importancia a los importes de presupuesto. Esto puede ser consecuencia del carácter de algunas operaciones en el exterior, que han supuesto, en algunos casos, despliegues de fuerza para apoyar la consolidación de determinadas situaciones políticas como consecuencia de guerras anteriores, o en otros, en la protección de actividades de pesca como es el caso de la operación “Atalanta” en el Océano Indico. No obstante, en otras, como la llamada “Reconstrucción de Afganistán” los riesgos han sido y son considerables, como lo refleja el número de muertos. Esta opinión “de blandura” resulta contradictoria cuando, en el caso de muertes, se quiere acentuar, desde sectores políticos, el carácter “de guerra”.

 

En resumen, el ataque económico “de los mercados” no nos puede hacer olvidar que puede haber otro tipo de ataques para el que debemos disponer de medios.