Un incremento en el precio del petróleo encarecería buena parte de los productos, con el consiguiente aumento de la inflación. Algo que no es deseable en un momento de recesión en el que nos encontramos, en el que la inversión empresarial y el consumo particular están bajo mínimos.
Ese alza ya se nota en las gasolineras, donde ahora mismo el litro de 95 está a 1,4 euros, un 10% más que hace un año. Un incremento moderado, por ahora, que viene a demostrar que el mercado está abastecido.
Sin embargo, un enfrentamiento con Irán conllevaría la entrada de otros actores como Arabia Saudí o Qatar, generando aún más incertidumbre. Es por ello que la Comunidad Internacional debe medir sus pasos antes de continuar entrando en las provocaciones del régimen de los ayatolás.