Y por ende, a los bancos

Hoy se va a dar un paso más cuando las concesionarias presenten su contraoferta al Ministerio. Quieren el 49% de la sociedad, o que el Gobierno asuma cerca de 2.000 millones de euros que deben de la construcción y expropiación de los terrenos. Vamos, que los ciudadanos asumamos los errores de realizar unas autopistas por las que apenas circulan coches por un error de cálculo a la hora de diseñar estas vías. Sin embargo, según el secretario de Estado de Infraestructuras, Rafael Catalá, es cuestión de credibilidad para el país, pero también algo que compete a todos.

Eso de que compete a todos empieza a ser relativo. A todos compete que el país salga de la crisis, que paguemos impuestos, que rememos en la misma dirección. Pero no compete al ciudadano de a pie salvar a los bancos, a las concesionarias de autopistas –y por ende a los bancos- también a Pescanova con 5 millones procedentes de la Xunta –y por ende también a los bancos-. Esto es un constante salvamento a la banca mientras se asfixia al ciudadano de a pie.. Y esto, como decía ayer Juan Ramón Rallo, ya no es capitalismo  sino socialismo para empresarios fracasados. Y lo peor de todo: a costa, siempre, de los ciudadanos.

Françoise Hollande y Angela Merkel intentan recomponer relaciones, y se han comprometido –una vez más- a impulsar la unión bancaria y luchar contra el paro juvenil. Así que mientras Europa se mueve lentamente, en España se cuece a fuego lento un gran pacto en el Congreso –con PP y PSOE a la cabeza- para plantar cara a la austeridad de Bruselas el próximo mes de junio. Se trata de que Mariano Rajoy pueda llegar ante los demás líderes y decir que ya está bien, que hace falta impulsar el crecimiento y menos austeridad.

Si sale adelante será el primer gran acuerdo político de esta legislatura, que está a punto también de conseguirse en otro tema importante. El que se está convirtiendo poco a poco en el gran proyecto del Gobierno: la Ley de Transparencia. Parece que buena parte de los grupos parlamentarios empiezan a dar el visto bueno al texto que prepara la Vicepresidenta del Gobierno, que ha dado marcha atrás y permitirá que la garantía del cumplimiento de la Ley la haga un Consejo Indepediente. Una Ley, por cierto, importante, pues debe servir para revitalizar la democracia en este país.