Espionaje…jejejejeje

En la Casa Blanca están temblando. Seguro. Igual que el Embajador de Espialandia en nuestro país, que si lo han visto salir ayer del Ministerio de Exteriores, tenía la misma sonrisa que viste al cínico cuando sabe que los que oficialmente se hacen los afectos por las escuchas, saben incluso antes que él que esta es la moneda de cambio habitual del número uno del mundo. Parece mentira que hayamos visto tantas películas de la CIA, que tan bien detallan que entre espías no hay lealtades, y ahora nos hagamos los compungidos.

Les llamo a que no les engañen, ni los de allí, ni los de aquí. Unos y otros lo saben, lo consienten, lo amparan, lo estimulan y juegan entre ellos mismos a mostrar una patita de gallina, cual si fueran los Hansel y Gretel de los servicios de inteligencia. La juerga de ayer en Exteriores debió ser cosa fina, celebrando que al fin hay un tema del que hablar que no sea la crisis por la que merecerían salir a gorrazo limpio los inquilinos de todos los Ministerios, los de antes y los de ahora. Lo del espionaje les viene de perlas. Para ellos no cambia la agenda. Para nosotros sí.