Un informe desvela que 300.000 jóvenes españoles se han ido del país durante desde 2008.
Una generación de Jóvenes “JESP”, es decir 'Jóvenes Emigrantes Sobradamente Preparados', que han optado por buscar una salida profesional más allá de nuestras fronteras.
Y esto supone un problema para nuestra economía: si la cifra continúa, los cerebros españoles reportarán beneficios a otros Estados, dejando aquí al capital menos preparado.
Algo que conllevará un retraso en nuestra actividad económica y empresarial en el futuro.
Sería deseable, por tanto, que se haga lo posible por frenar esta sangría, ya que una vez que nuestros jóvenes echen raíces en otro lugar, será difícil volver a traerlos de vuelta.