Sin embargo, no parece que Rajoy haya dado puntada sin hilo con este nombramiento. Ha elegido a un hombre que lleva en Bruselas 17 años, y que ha trabajado siempre en dos áreas fundamentales: Economía (como Vicepresidente de la Comisión de Asuntos Económicos) y como miembro de la Delegación para América Central y Méjico. Una condición que, a mi juicio, le da un bagaje profesional que se ajusta las necesidades de nuestro país en Exteriores en los próximos dos años.
¿Y por qué digo esto? Muy sencillo. No olvidemos que la Economía va a ser el plato fuerte de esta legislatura, por lo que es normal que todas las áreas vengan marcadas por ésta. Pero no sólo eso, el campo de negociaciones en los próximos meses va a estar en Bruselas, por lo que parece lógico contar con alguien que tenga el conocimiento necesario de los entresijos europeos. Así que, desde este punto, no se me ocurre a nadie más acertado.
García-Margallo va a tener que enfrentarse en los próximos meses a grandes retos-negociaciones de las que van a depender, en buena medida, que España salga por la puerta grande de la crisis. ¿Cuáles son esos retos?
1.- Cooperación con el Ministerio de Economía para negociar posibles aplazamientos en el cumplimiento de algunos compromisos adquiridos (cumplimiento del déficit, etc).
2.- En estos momentos se encuentra en marcha la negociación de los Presupuestos de la UE a partir de 2013. Fecha, no olvidemos, en la que España pasará a ser contribuyente neto. Es decir, que dejamos de recibir para convertirnos en “paganinis”.
3.- También está en marcha la negociación de la Política Agrícola Común (toro que tendrá que lidiar Arias Cañete), pero en el que las relaciones de García-Margallo pueden echar una mano.
4.- Focalizar también nuevas oportunidades en Latinoamérica. Una región donde las empresas españolas pueden encontrar grandes cuotas de mercados, y que tiene previsto un crecimiento del año que viene cercano al 4%.
Son, a priori, las principales misiones que tiene el nuevo ministro de Exteriores a corto plazo. De hecho, él mismo reconoce que sus prioridades van a ser Europa y Latinoamérica. El caso es que, como podéis ver, trabajo va a tener por delante.