La de este miércoles va a volver a ser una nueva jornada de infarto en los mercados. Despertamos con la lupa puesta en la caída de las bolsas europeas de ayer, pero sobre todo en las primas de riesgo. La española en los 489 puntos básicos, la italiana en los 440, arrastradas por el efecto Grecia y su convocatoria de elecciones ante la imposibilidad de formar Gobierno.

Un país ingobernable en el que, a tenor de las encuestas, es más que probable que obtenga el resultado que nadie en Europa quiere: una victoria de aquellas formaciones que apuestan por plantarse ante Bruselas y hacerle un corte de manga. Imaginen cómo será la cosa que el Fondo Monetario habla ya de prepararse para una salida ordenada de la economía Helena, pero como entre los 27 las cosas van como en Palacio, es decir, despacio, ayer Hollande y Merkel que –parece se llevan bien- apostaron por lo de siempre: por la continuidad griega en el euro, aunque eso suponga llevarse por delante todo lo demás.

Y en esas estamos: la economía europea sufriendo por los vaivenes políticos de un país que no supone más de 3% del PIB de la Eurozona, mientras el Banco Central se ha sentado en una butaca de Primer Anfiteatro a verlas venir. ¿Pensará Draghi en echar un capote a España e Italia? Al final, como siempre les digo, van a tensar tanto la cuerda, que cuando quieran reaccionar será tarde.