Durante la campaña electoral se nos repitió hasta la saciedad que no iba a realizarse subida de impuestos directos porque era necesario que la renta disponible no caiga para estimular el consumo y la inversión. ¿Que ha pasado entonces con estas promesas?
La clase política se ha olvidado de una premisa fundamental. Los trabajadores por cuenta ajena del sector privado llevan ya cuatro años de recortes para ganar eficiencia. En la mayoría de los casos han sufrido despidos masivos, congelaciones salariales y perdidas de complementos como los tickets comida o remuneración variable.
Algunas empresas han llegado a bajadas de sueldo fijo por acuerdo con los trabajadores de hasta el 30% en algunos casos.
¿Realmente tiene legitimidad nuestra clase política para decirle a un trabajador que ha estado 3 años con el sueldo congelado y el 4ª año con bajada del 30% que debe ser solidario y pagar más IRPF? Por supuesto, el efecto no es el mismo en todos los niveles de renta. Sin ánimo de simplificar demasiado podemos identificar tres reacciones tipo aunque luego cada persona tendrá la suya:
1. Rentas muy altas. Ya estarán planteándose con su asesor fiscal la posibilidad de convertirse en autónomos como en tiempos pasados. De esta manera se deducirán más gastos y llegaran a tipos marginales muchos menores.
2. Rentas Medias. Van a dedicarse a comprar exclusivamente comida y servicios básicos. El dinero dedicado a ocio, coches y vacaciones caerá todavía mucho más. Esta caída de consumo traerá más paro.
3. Rentas Bajas. Hay mucha gente que aun teniendo trabajo está en el umbral de la pobreza. Con este sacrificio añadido se hunden más.
Mirando la estadística de la agencia tributaria de 2009 podemos ver quien va a soportar los excesos del pasado. Si sumamos los trabajadores que ganan entre 1.500 y 150.000 Euros (resaltados en negrita en la tabla adjunta) nos encontramos que suman el 96.01% del dinero recaudado. Por tanto la clase baja y media soportará todos los ajustes.
Cuando sea efectiva la subida de impuestos, la sorpresa que se pueden llevar nuestros responsables económicos es la caída de la recaudación de IRPF e IVA por tres efectos:
1. Las rentas altas experimentan rendimientos marginales decrecientes. Es decir cuanto más trabajan más impuestos pagan. ¿Y si deciden trabajar menos para bajar su tipo marginal o dejar de ser trabajador por cuenta ajena?
2. El consumo se deprime y la gente solo consume artículos como comida o enseñanza con tipo reducido con el impacto asociado en la recaudación de IVA.
3. Hay un incentivo mayor al fraude fiscal y muchos trabajadores pueden elegir recibir parte de su sueldo en dinero negro. Esto también impacta negativamente a las cotizaciones a la Seguridad Social.
A todo esto se une la nefasta comunicación de las medidas que el nuevo gobierno ha escenificado y la percepción en la calle de que la inflación está provocada en muchos casos por precios controlados por el gobierno como: gas, transportes, impuestos de combustible, agua etc.
Vamos a evitar el catastrofismo y sugerir medidas para conseguir la complicidad de los ciudadanos:
Sorprender al mercado con medidas imaginativas. Liquidación ordenada de alguna caja garantizando depósitos. Reducción drástica de los consejos de las cajas.
Señales visibles de los recortes, por ejemplo 30% recorte en sueldo de Senadores y Diputados y muchos políticos yendo a diario en metro. Menos actos de partido ya que la gente puede pensar que se hacen con dinero público. Se les puede recortar porque muchos reciben sueldos del partido pero un funcionario como por ejemplo un juez sólo cuenta con esa remuneración.
Convocatoria a los mejores economistas de país para que asesoren al gobierno sobre las medidas adecuadas, gratis. La única contraprestación sería llamar a la nueva ley con el nombre del economista y su repercusión pública.
Concurso publico para realizar un proyecto de reingeniería de todas las administraciones. Las consultoras deben ir a precio de coste de personal más gastos. Especial énfasis en el cierre de empresas públicas deficitarias y venta de las rentables. Creación de macro ayuntamientos con delegaciones en cada pueblo.
Privatizaciones siempre que el precio sea el adecuado.
Ayudas al automóvil respetando restricciones de Bruselas.
Conversión del INEM en una agencia pública de empleo de verdad y eliminar las subvenciones de formación a los sindicatos.
Las medidas deberían ser sorprendentes para maximizar el efecto que consiguen en la población y los mercados.
Mientras esperamos las medidas para el crecimiento (la zanahoria); y digerimos la subida de impuestos (el palo); deseamos que el nuevo gobierno tenga más imaginación para no recurrir siempre a los mismos.
Guillermo Canosa Castillo
Economista, MBA Manchester Business School