Uno de los actores principales de ese cambio en el panorama económico del que les hablaba, está siendo Grecia. Hoy su Primer Ministro, Yorgos Papandréu se reúne en Bruselas con Barroso y Juncker para comprobar el estado de sus finanzas. Y las noticias que lleva no son precisamente halagüeñas: aumento del déficit del 15% en el último año, y el reconocimiento de que ya están negociando una quita del 50% de la deuda.

Es la primera vez que lo reconoce en público, y justo cuando la Comisión ha enseñado sus cartas respecto al sector bancario: tendrá que recapitalizarse, preferiblemente con capital privado, y en caso de que no cumplan, no podrán entregar bonus ni beneficios.

Propuesta realizada por Duaro Barroso que ha gustado a las bolsas pero que, sin embargo, está llena de imprecisiones. No contempla ni el grado de capitalización del sector, ni el coste que tendrá, ni siquiera cuándo tendrá qu estar completa. Un nuevo brindis al sol, a la espera de la próxima cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno el día 23, en la que Europa se juega la bola de partido.

Los mercados les han vuelto a dar un voto de confianza, y deben aprovecharlo. Si entonces no hay medidas concretas, en las que además se vea un compromiso serio por avanzar en el gobierno económico, Europa puede haber firmado su propia sentencia de muerte.