Mentiras y conjeturas etimológicas

Ojo, que no acuso de nada indebido a esta figura pública. Manejar una fuente de información en el hemiciclo y otra en los pasillos es, desde el punto de vista estrictamente técnico, una mentira. Ya que si ambas fuentes dan informaciones contradictorias, una de las dos aporta una versión equivocada, o incompleta en el mejor de los casos. Y quien ambas fuentes esgrime para defender una cosa y su contraria sabe a ciencia cierta que en uno de los casos está levantando falso testimonio. Es decir, y al menos etimológicamente, está mintiendo.

Pero como digo, eso no me quita el sueño. Sí me revuelve las tripas, en cambio, que toda una institución como el Fondo Monetario Internacional se chupe el dedo a ver por dónde sopla el aire, y conjeture de buenas a primeras que aquí nos hace falta una rebaja salarial de un 10%. Y digo de nuevo bien cuando tildo la operación de conjetura. Un balance hecho desde un despacho, sin pisar la calle, sin pasar frío, sin guardar cola para recoger una bolsa de ayuda en Cáritas, no es un balance profesional, no: es una conjetura sin ciencia ni perrito que le ladre.