Y ahora, los mismos que nos apretaron la inflación, nos vendieron los préstamos y nos exigen que añadamos un agujero al cinturón, son los que van a venir al rescate de las pymes, mediante la emisión de créditos blandos y la participación en fondos de capital riesgo. Y por lo que dejan entrever, los ministros de Merkel quieren que les riamos la gracia y dejemos de verlos como el lobo feroz que nos tiene con un guante al cuello y otro, también ajeno, en nuestro bolsillo.
Yo les recomiendo que no se fíen, que de alguna manera se lo cobrarán nuestros vecinos del norte. No les pido que desconfíen por alemanes, que bastante penitencia tiene cada cual con ser de la nacionalidad que es, empezando por el propio atavismo de tener nacionalidad. Les pido que pongan en solfa a estos mecenas, por una cuestión de sentido común, de prudencia para que no les sigan quitando lo que no tienen, y de memoria histórica: si hasta ahora han sido incapaces, no se habrán vuelto de la noche a la mañana unos cracks de la economía.