Pesimismo confirmado

 

Europa, por tanto, se convierte en el lastre de la economía mundial, algo que -se da por hecho- corroborará la semana que viene el Fondo Monetario Internacional.

Son muchos los organismos que ya venían haciendo esta predicción, también la propia Comisión es consciente de la que se avecina.

Así que cada vez se hace más urgente que Europa se ponga las pilas en la contención del déficit y, a la vez, en la adopción de medidas que fomenten el crecimiento de las economías de la zona del Euro.

Sin embargo, a veces uno mira a los dirigentes políticos, y les ve enfrascados en los problemas de la deuda sin mirar más allá.

Quizá sería bueno que por un momento Europa “cierre” -pónganlo entre comillas- unos días, y que sus dirigentes tengan tiempo para reflexionar y darse cuenta de que apostar todo al caballo deficitario no es la solución mágica que arreglará todos nuestros problemas.