Un problema a resolver: los precios de los carburantes

Creemos que estas preguntas tienen respuestas, pero nadie se ha tomado la molestia en darlas, posiblemente porque existen intereses ocultos entre quienes deben de contestar. Ahora, desde el Gobierno, el Ministro de Industria, José Manuel Soria se ha puesto en contacto con las distintas compañías petrolíferas que operan en España, intentando buscar una solución para frenar las constantes subidas de precios porque, según él mismo ha declarado, los precios de las gasolinas y gasóleos, “son inasumibles”.

 

Parece ser que los márgenes de las petroleras son los más elevados de Europa  y en eso, radica parte del problema, pero según la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos, el margen del operador, apenas alcanza el 1% por litro. El Gobierno está preocupado por los aumentos constantes de precio de los carburantes en lo que va de año y, parece que va a tomar cartas en el asunto, aunque se desconoce si tiene potestad para ello, si bien, se ha advertido de que se pueden estudiar medidas impositivas para que las petroleras reduzcan sus márgenes. Sin embargo, el Gobierno no ha dicho nada sobre los impuestos que gravan al litro de gasolina o de gasóleo, que suponen cerca de un 50%  y que también, deberían revisarse.
 

Por otra parte, el transporte de mercancías y de viajeros por carretera sufre el día a día de la subida de los precios del gasóleo, sin que esas subidas puedan repercutirse en los precios a los usuarios.


Dado el alto precio que está alcanzando los carburantes, si lo que este Gobierno desea es dinamizar la economía española, además de tratar de reducir los márgenes de las petroleras, también debería reducir las cargas impositivas a los productos petrolíferos, ayudando así,  a que lo usuarios puedan moverse más libremente. De esta forma, el transporte no estaría tan agobiado como ahora, los particulares tendrían mayor confianza a la hora de cambiar de coche y, con ello, se reducirían los efectos negativos de los precios del petróleo para la economía y ganaríamos todos.

No hay que olvidar que el transporte es lo que mueve al mundo y, si se para, también se parará el mundo.