Jueves, 24 de mayo, y Europa sigue sin tener los famosos Eurobonos. ¿Cómo? ¿Pero no había una Cumbre ayer de los 27 para hablar de este asunto? Pues sí, pero como era de esperar sólo ha servido para ahondar en las diferencias de unos y otros. Vamos que la cena de anoche debió ser como una cena familiar en Nochebuena donde acaban a gritos, solo que aquí con mucha diplomacia de por medio, que para eso somos europeos.
De un lado el francés Hollande reclamando Eurobonos como herramienta de crecimiento. Apoyado por Italia y con la boca pequeña por el resto de los periféricos. Del otro lado de la mesa Merkel y los países del Norte que sostienen que no se pueden adoptar a corto plazo y que, por tanto, no podemos contar con ellos para crecer. ¿Y España? ¿Dónde estaba?
Pues Rajoy ejerce como buen gallego, y se mueve entre dos aguas. Por una parte desea con todas sus fuerzas los Eurobonos –imagínese mutualizar los bonos de deuda a nivel del Euro- es decir, se alinea con Hollande. Pero por el otro, es consciente de que la jefa –aunque sea por ahora- es Merkel, e insiste en la austeridad. Así que el Presidente del Gobierno fue a hablar de su libro: es necesaria más liquidez en la Eurozona, dijo, en un mensaje claro a Mario Drahi que, por cierto, tampoco le hizo mucho caso. Así que hemos tenido una Cumbre que no ha servido para nada, y en la que también se ha hablado de Grecia.
¿Y qué han dicho sobre esto? Imaginen. Que tiene que seguir en el Euro, obviamente. Eso sí, por detrás ya han recomendado empezar a preparar una hipotética salida del país heleno de la moneda única. Así es Europa, qué le vamos a hacer.