Tenemos que señalar que la industria y el comercio del motor es un 'sector corcho', muy dependiente de la situación macroeconómica, de tal forma que la mayor o menor confianza de los consumidores acaba repercutiendo directamente en el volumen de ventas, que este año podría terminar en torno a las 800.000 unidades.
La desaceleración económica en el segundo trimestre en que el PIB tan sólo creció un 0,4%, frente al 0,2% hasta marzo, y el estancamiento del consumo, hace pensar que la senda de la recuperación no será lenta y constante, como se esperaba en un primer momento, sino que tomará forma de 'W', alternando pequeñas subidas y bajadas a lo largo de varios años.
En este contexto de atonía económica, pero también de desconfianza e inestabilidad en los mercados, es poco probable que el crédito pueda volver a fluir en los próximos meses, ya que éste es uno de los principales obstáculos con el que se encuentran los compradores, puesto que en el sector de la automoción, ocho de cada diez compras precisan de financiación.
Sin embargo, debemos poner una nota optimista señalando que esta incertidumbre, se despejará parcialmente tras la celebración de los comicios generales del próximo día 20 de este mes de noviembre, los cuales deberían garantizar un gobierno estable durante los próximos cuatro años. Esta proximidad en el tiempo ha obligado a disolver las Cortes, paralizando así la toma de ciertas decisiones vitales para el sector, como es el caso de la Ley de Contratos de Distribución, básica para reglamentar las relaciones proveedores y vendedores.
Desde DIARIO FINANCIERO, deseamos que el nuevo curso político sea más receptivo a las demandas del sector de la distribución, en el que sólo en este año se prevé la destrucción de 5.000 empleos, motivados en gran parte por el cierre de cerca de medio millar de pequeñas y medianas empresas. Desde que estallara la crisis, en las redes de distribución se han perdido 35.000 puestos de trabajo y más de 2.000 pymes.
Tenemos que hacer constar que las asociaciones de fabricantes, vendedores e importadores de vehículos en España, mantienen conversaciones con los grupos parlamentarios políticos con el fin de dar a conocer sus propuestas con vistas a la elaboración de los programas electorales que deberán nutrir la próxima campaña. La puesta en marcha de un plan de achatarramiento y la implementación de una reforma fiscal en el automóvil son unos de los puntos fuertes planteados por las asociaciones para revitalizar el sector. Es de esperar que los diferentes partidos políticos que participarán en las elecciones próximas tomen las correspondientes notas en su programa electoral, para que una industria que es un pilar fundamental en nuestra economía, no se desplome.