Silogismo salarial inaplicable

El documento de marras venía firmado por el banco azul, pero la procedencia es lo de menos. Sus autores son responsables, entre otros aciertos, y no sé si por este orden, de: primero, exhibir un conocimiento del tratamiento estadístico fuera de serie; segundo, conocer la realidad sociodemográfica del país más que muchos de los mangantes con cargo oficial; tercero, escribir con más soltura que muchos de los que se ganan la vida juntando letras en no pocos oficios; y, cuarto, una exposición desapasionada, pero muy apasionante.

Lo anterior no es poco. Digno de mención. Pero también hay una quinta responsabilidad que no es justo que caiga sobre sus hombros: hilvanar un discurso intachable desde el punto de vista de la economía científica, sobre la realidad económica de una clase media empobrecida como la española, cuyo poder adquisitivo es inferior, y de forma insultante, al de sus conciudadanos más allá de los Pirineos. Con salarios mínimos que doblan al nuestro, y salarios medios que lo triplican, hablar de flexibilidad salarial es sano allí. Aquí no es que sea de traca. Es que es un silogismo de imposible ejecución.