Manuel Manrique, a la sazón presidente de Sacyr Vallehermoso, negocia con los bancos una moratoria de tres meses en el préstamo que tiene pendiente con ellos. 5.000 millones por avalar la entrada en Repsol, que podrían abonarse con la venta de un 5% del capital de la constructora en la petrolera.
Reclama Manrique tres meses para ver si vienen vientos mejores que permitan reducir las minusvalías y, de paso, encontrar comprador para la venta. Candidatos suenan muchos, entre otros fondos de inversión o Sinopec. Una petrolera extranjera más que quiere entrar en el accionariado de Repsol, aunque con un porcentaje minoritario. Veremos ahora si aquellos que criticaron a PEMEX por su alianza con Sacyr y el avance de posiciones accionariales, hacen lo mismo con los chinos. ¿O a lo mejor es que ya no es lo mismo?