De continuar a este ritmo en tres años se habrán agotado las reservas
El Fondo de Reserva, conocido comunmente como ‘hucha de las pensiones’ está tiritando. El pasado año se sacaron 13.250 millones de euros dejando el remanente en 32.481 millones (3,12 por ciento del PIB).
Así se recoge en el Informe Trimestral de los importes dispuestos del Fondo de Reserva que esta mañana presentaba ante el Consejo de Ministros, la ministra de Empleo y Seguridad Social en funciones, Fátima Bañez. Ahora bien dentro de lo malo la cantidad es casi 2.000 millones de euros inferior a la dispuesta en 2014, cuando la sisa fue de 15.300 millones.
Pocas esperanzas hay para los pensionistas, ya que los rendimientos de 4.000 millones generados por las inversiones de los activos del Fondo no serán suficientes para compensar un gasto de más de 10.000 millones al año. Así las cosas si no se toman soluciones de urgencia, en tres años se habrán agotado las reservas.
Además de la parte que toca al bolsillo de los ciudadanos, el agujero de la Seguridad Social hiere de muerte a los objetivos de estabilidad presupuestaria acordados con Bruselas. Según el Informe de Ejecución Presupuestaria del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas correspondiente al mes de noviembre los Fondos de la Seguridad Social incrementaron su déficit en un 76,02 por ciento (hasta los -2.959 millones de euros) respecto a 2014, llevando al conjunto del sistema a registrar un déficit del 50,4 por ciento (-8.831 millones de euros).
Vacas flacas
La hucha de las pensiones fue creada en el año 2000 para cubrir el déficit entre ingresos por cotizaciones sociales y gasto en pensiones. Desde su origen hasta 2011 la línea de progresión tenía trazo ascendente, de hecho se consiguió ahorrar un total de 66.815 millones de euros.
El problema llegó con las vacas flacas de una crisis en la que se destruyeron 3,3 millones de empleos, con la consiguiente merma de la recaudación por cotizaciones sociales, a lo que se añade el envejecimiento de la población española. Desde entonces las disposiciones han sido una constante y en 4 años se han sacado 47.201 millones de euros, a los que hay que sumar los 5.350 millones de excedentes por la gestión de Mutuas, es decir más de 52.500 millones de euros dispuestos, lo que en términos relativos se traduce en un 78,5 por ciento.
Con respecto a las posibles soluciones, todas pasan por la renovación del Pacto de Toledo, algo que se fía largo dado lo convulso del panorama político con un gobierno a la deriva y sin puerto. Bajo este marco se deberá negociar cuál será el nuevo sistema de financiación de las pensiones y que, si no hay vientos en contra de última hora, conllevará que las prestaciones de «muerte y supervicencia» (viudedad, orfandad y favor de familiares) pasen a financiarse vía impuestos (IVA).
Toda vez que esto no será suficiente, los expertos coinciden en que para garantizar la sostenibilidad del sistema se debe ampliar progresivamente la edad de jubilación hasta los 70 años e introducir un sistema mixto de financiación por tramos para las nuevas generaciones. Lo anterior, eso sí, completado con políticas de conciliación que fomenten la natalidad.