El presidente de EEUU, Barack Obama, ha pronunciado esta noche su sexto discurso sobre el estado de la Unión. Un discurso centrado en la lucha contra la desigualdad y en el que ha avanzando que está dispuesto a pasar por encima del Congreso -si es necesario- para sacar adelante algunas de sus medidas más inmediatas. ¿Entre ellas? El aumento del salario mínimo interprofesional.
«América no se para, ni tampoco yo». Así de rotundo se ha mostrado al explicar que, tras cuatro años de crecimiento económico, los salarios medios apenas se han movido, con lo que la desigualdad se ha profundizado. Por ello, su objetivo es que el salario mínimo pase de los 7,25 dólares/hora actuales a 10,1 para los trabajadores no cualificados empleados por la Administración Federal. Y para ello está dispuesto a gobernar por decreto, mediante la fórmula de órdenes ejecutivas presidenciales, si el Congreso intenta frenar sus propuestas. Otras de las iniciativas que ha planteado son la creación de un nuevo plan de pensiones para trabajadores de bajos ingresos mediante la compra de bonos del Tesoro, o la reforma inmigratoria para legalizar a los once millones de indocumentados que residen en el país.
En cuanto a política exterior, Obama ha pasado de puntillas sobre la reforma de los programas de la Agencia de Seguridad Nacional, y en relación al cierre de Guantánamo se ha limitado a pedir al Congreso que levante algunos obstáculos. Sobre Irán ha destacado los avances en la detención del programa nuclear.