Durante las últimas décadas, el mundo ha sufrido cambios drásticos en diferentes áreas que de una forma u otra han modificado la manera en la que se ve la sociedad actual. Guerras, crisis climática, conflictos sociales y una economía convulsionada son solo algunos de los ejemplos que caracterizan al mundo de hoy en día.
En este contexto, han proliferado una gran cantidad de marcas y negocios que saturan el mercado de firmas vacías, que en la práctica y en esencia no ofrecen ningún valor importante a la sociedad. La transformación de estas empresas en organizaciones con propósito donde los valores se vean reflejados en las acciones que lleven a cabo se ha convertido en una necesidad.
No es suficiente establecer la misión y la visión de la empresa
Todas las empresas de hoy en día establecen desde su fundación la misión, la visión y los valores que las regirán. Hasta ahora, parecía que eso, puesto negro sobre blanco era suficiente. Pero la utilización vacía de esas palabras y un entendimiento del entorno en el que operan como mero contexto del que obtener beneficios las han vaciado de todo sentido. Mientras esto sucede, la sociedad cambia y se manifiesta el descontento. Cada vez son más las voces que exigen que todos los actores que operan e influyen en las vidas de cada uno lo hagan desde una posición de servicio, ayuda y aporte de valor para que se avance y se mejore. Actualmente, es más necesario que nunca que la práctica totalidad de las empresas y negocios se transformen y asuman como una de sus funciones principales generar influencia positiva en la sociedad.
Uno es lo que hace. No lo que dice que hace
Se trata de transformar las empresas en compañías que construyan una economía más inclusiva y sostenible para todas las personas y el planeta y esto solo se puede llevar a cabo con un profundo trabajo de pensamiento estratégico. Para que un negocio influya de forma positiva en las personas a su alrededor, es necesario que el cambio se inicie desde el interior. Este cambio solo es posible con una redefinición de su porqué, su esencia.
Lo primero es poner a las personas en el centro de todas las decisiones. No basta únicamente con mostrar una etiqueta ecológica o tener un eslogan atractivo y altruista. Se trata de llevar a cabo acciones concretas que aporten a la sociedad y lideren el cambio hacia una nueva y mejor economía. Este es un compromiso que, en vista de todo lo que está sucediendo a nivel global, deberían asumir las empresas y las organizaciones en la actualidad.
Será bueno descubrir que una mayoría de ellas tiene la intención real de generar este cambio y transformarse en beneficio de la sociedad, logrando, además, ser más rentables y consistentes.
Si toman esa decisión encontrarán ayuda en consultoras de estrategia especializadas en transformación y marketing con valores como, por ejemplo, Teampathy, quienes ofrecen sus servicios a todos los negocios, marcas y compañías que quieran iniciar ese camino de transformación y generar impacto positivo.