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Orgullo argentino; el increíble método de rehabilitación bucodental que revolucionó el mundo de la odontología

El precursor de esta innovadora técnica se llama Gastón Catanese, profesional cordobés único en el rubro. “Lo fuimos modificando hasta que el éxito fue total”, celebró.

El conocimiento argentino a dado que hablar positivamente a lo largo de los años. En todas las ramas, cientos de profesionales, debido a sus formaciones académicas y experiencias adquiridas, lograron poner en lo más alto al país en todo el mundo. Y en el ámbito de la salud, más precisamente en la odontología, en los últimos años viene tomando protagonismo un nombre en particular: Gastón Ariel Rodríguez Catanese.

El profesional (M.P: 9396 / MN: 272.902), nacido en Villa María (Córdoba), ha revolucionado el ambiente con su método en rehabilitación bucodental de alta complejidad. Y no solo eso, ya que, gracias al sacrificio, el esfuerzo y la dedicación, logró crear una de las clínicas más grandes y tecnológicas de Sudamérica, en la que atiende a pacientes de todo el mundo.

Pero para entender este fenómeno contemporáneo primero hay que definir de qué se trata la rehabilitación bucodental. En síntesis, es una especialidad de la odontología encargada de la restauración de las piezas dentales para devolverle su función estética, su armonía y su sonrisa.

“No solo se trata de mejorar la dentadura, sino también de armonizar patrones, siendo uno de los más importantes el visual”, explica Catanese. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no hay “nada mágico”. “Existe una buena planificación para tratar de llegar a un buen resultado. La confianza recíproca es fundamental”, reveló.

Una técnica milagrosa

Puntualizando en el método revolucionario, vale aclarar que en un primer momento surgió por iniciativa del odontólogo recibido en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). “Consiste en varias técnicas que se enseñan en espacios académicos, pero que, según explican, no son aplicables en la vida real. Sin embargo, como soy una especie de ‘antilibro’, salí de lo convencional y me atreví a crear otra manera”, subrayó.

Según Catanese, la odontología convencional se basa en “poner parches”, rehabilitar “porciones” y “no un total”. “Yo me especialicé en cómo hacer para rehabilitar el total de la boca y que el paciente no esté asistiendo eternamente a un consultorio”, manifestó. Increíblemente, en la mayoría de los casos, en 60 días el “problema” está “solucionado”. El día 1 es la primera sesión; el día 60, es la segunda y última.

“Empecé a crear diferentes conceptos en cuanto a elementos de sostén. Por ejemplo, si un paciente viene con un diente percudido, nosotros no lo sacamos y reemplazamos como hace la mayoría, sino que tratamos de salvarlo. Para eso lo recuperamos clínica y radiográficamente para tener un pilar más de esas estructuras”, continuó el profesional cordobés. Y agregó: “Muchas veces podemos evitar los implantes, que es lo más común. Esa fue la idea con la que empecé este emprendimiento. Todo fue prueba y error. Lo fuimos modificando de a poco, hasta que el porcentaje de éxito fue total”.

La idea es que, como pasa en la odontología convencional con los “parches”, el paciente no tenga que regresar al año a acomodar lo que se volvió a “deteriorar”. “Yo elijo no hacerlo, mi método es rehabilitar bocas enteras, llámalo ‘tipo de anclaje dentosoportado’, que pueden ser coronas o carillas, anclajes mixtos o implantes. Pero siempre tiro a la rehabilitación total”, destacó.

Catanese, quien comenzó hace 15 años muy de a poco (de hecho, al principio alquilaba consultorios armados hasta que fue comprando elementos), reconoció que, cuando un paciente acude a su clínica con la idea de reemplazar “solo un parte”, él le dice que está en el “lugar equivocado”, ya que su método, como bien se explicó, es “integral”. “Comenzamos la casa desde cero, desde el tamaño y la estructura hasta la morfología y la estética”, definió. Innovador por donde se lo mire.

Actualmente, la clínica de Villa María es un lujo no solo para la región, sino también para el país. Producto de las reseñas de los pacientes y la repercusión en redes sociales (un aspecto que el odontólogo supo captar a la perfección hace un tiempo), la zona es visitada constantemente por personas del extranjero. Un lugar digno de visitar y que seguirá dando que hablar en el futuro.

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