La empresa estadounidense y fabricante de ascensores es puntera y lidera la innovación y tecnología del transporte vertical
Elisha Graves Otis creó en 1853, gracias a una revolucionaria idea, la industria del transporte vertical. Y es que, a través de su sistema de frenado de emergencia, los ascensores se convirtieron en una tecnología segura para las personas.
Han pasado 163 años desde aquel momento. En la actualidad, Otis cuenta con 2,3 millones de ascensores en todo el mundo y una facturación de 1,3 billones –americanos- de dólares. Solo en nuestro país, la compañía estadounidense ha montado un millón de estos y mantiene 245.000 unidades, según han confirmado los representantes de la compañía este martes durante el segundo ciclo de jornadas de empresas que diseñan el futuro en Madrid –organizado por la fundación Pons-.
“Transportamos a una cuarta parte de la población del país”, aseguraba Bernardo Calleja, Consejero Delegado de Zardoya Otis. En este punto, Pablo Martínez del Castillo, Director Comercial de Sistemas, ha querido recordar, además, que se trata de “un medio de transporte más seguro que los aviones.
De hecho, la presencia de Otis en España se ha transformado en crucial. Cuenta, ya, con tres centros: el de Madrid, su fábrica en San Sebastián y otro en Vigo. Con este despliegue, se ha convertido en la estructura más potente de la sociedad fuera de China.
“La estructura en España es envidiable, tanto a nivel de corporación como si se tiene en cuenta el resto de actores del mercado”, aseguraba Calleja durante el evento. También ha aprovechado su ponencia para recordar que entre finales de 2019 y principios de 2020 “se finalizará la nueva planta de Zubieta”. Un centro que sustituirá al actual en la capital de Guipúzcoa.
Desarrollos de la compañía
“En el ADN de la compañía se encuentra la innovación y es lo que seguimos haciendo. La sustitución de los antiguos cables de acero por cintas planas que se parecen a un cinturón”, afirmaba el propio Calleja, para asegurar que es un sistema que les ha permitido “reducir el tamaño de las máquinas”.
Además, es un sistema que permite reducir el consumo energético de los ascensores. Por otro lado, en alguno de sus modelos, como el Gen 2 Switch, han desarrollado un modelo que tenga un mínimo requerimiento eléctrico y que cuenta con acumuladores eléctricos que aprovechen la energía.
Este tipo de ascensores, diseñados para inmuebles residenciales, permiten el uso de estos, incluso cuando se produce un corte en la red. Por otro lado, permiten reducir el gasto energético en un 75%.
Otras de las novedades de las que Otis saca pecho son el eService, que permite gestionar la marcha del ascensor a través de un ordenador, tablet o smartphone; el eCall que permite llamar al ascensor desde un móvil o el eView.
Esta última herramienta cuenta con un desarrollo íntegramente español y se está exportando a toda Europa. Se trata de un sistema que permite a los usuarios que se queden encerrados –el mayor miedo al hacer uso de un elevador por parte de la población- poder ponerse en contacto por streaming con un operador que nos ayude en tan complicada situación.
Accesibilidad de los edificios
A fin de cuentas, queda claro que Otis ha buscado siempre el mismo objetivo: garantizar la accesibilidad del tráfico vertical en los edificios. Un hecho que no es baladí en nuestro país, si se tiene en cuenta que España –por su modelo urbanístico- supera en número de unidades a sus vecinos.
“Hay 5,8 millones de ascensores en toda Europa. De todos ellos, 1,03 están instalados en España. Este fenómeno se explica por el hecho de que el 65% de la población vive en apartamentos”, explicaba Martínez del Castillo sobre esta cuestión.
Sin embargo, para el director comercial todavía quedan algunos retos que deben ser superados: “Hay todavía un millón de inmuebles que no disponen de este sistema de transporte vertical”.
Un transporte más eficiente
En ello sigue trabajando el gigante norteamericano. Como apuntaba: “En esto de vivir mejor no hay milagros, solo mucho trabajo y esfuerzo detrás”. Otis sigue buscando, más de siglo y medio después, facilitar la accesibilidad de los ciudadanos y ayudar a hacer su transporte vertical más fácil, igual que hizo su fundador, así de sencillo y complicado a la vez.