La presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, ensalzó este miercoles la Constitución como la mejor garantía de convivencia en libertad y el «límite claro a cualquier tipo de abuso y arbitrariedad», como se ha demostrado en Cataluña. Dejó claro, además, que cualquier transformación tiene que ser fruto de un acuerdo «entre todos».
Así lo dijo en su intervención institucional durante la conmemoración en el Congreso de los Diputados de los 39 años transcurridos desde la aprobación de la Carta Magna. «Cuando algunos han intentado saltarse la ley, rompiendo las reglas del juego», dijo, la Constitución se ha revelado como «el instrumento eficaz y necesario para salvaguardar la soberanía del pueblo español, garantizar la continuidad histórica de España y para proteger el pacto de convivencia que la misma Constitución representa».
«Frente a los ataques inadmisibles de quienes han fracasado en su intento de quebrar el sistema legal y democrático que estaban obligados a respetar, tenemos que afirmar con rotundidad y en voz muy alta, que España ha tenido y tiene en su Constitución y en sus instituciones la mejor garantía de nuestra convivencia en libertad, y el límite claro a cualquier tipo de abuso y arbitrariedad». Subrayó, además, que así lo ha reconocido la comunidad internacional al mostrar su «pleno respaldo» al sistema constitucional español.
Ana Pastor advirtió de que casi cuarenta años después de aprobarse la Constitución «queremos y debemos propiciar una reflexión amplia y de altura» que permita valorar la trayectoria como nación democrática y a la vez «abarcar el futuro y ayudarnos a seguir construyendo juntos, a buscar más lo que nos une que los que nos separa, pensando en los españoles y sabiendo que cualquier transformación la hemos de tejer entre todos».
Recordó el reciente aniversario de las primeras elecciones democráticas y el recuerdo a quienes elaboraron la Constitución «con inteligencia, generosidad y patriotismo, anteponiendo la búsqueda del acuerdo a sus propias posiciones; superando la disyuntiva entre reforma y ruptura que entonces dividía a los sectores políticos», y reivindicó esos valores que, como dijo el Rey, «definen a la política en su sentido más noble» y que deben estar presentes en la realidad política.
«INCONTESTABLE LEGITIMIDAD»
Con el referéndum del 6 de diciembre de 1978, aseguró, los españoles mostraron «su más rotunda determinación» de que la nueva etapa fuera de concordia, de convivencia y de integración en Europa. Pastor recordó en ese punto al fallecido expresidente del Congreso de los Diputados Manuel Marín para asegurar que, como él decía, la Constitución «fue, es y será siempre nuestro punto de encuentro».
Insistió en que la Constitución, con la «incontestable legitimidad» de las urnas, ha supuesto el mayor periodo de estabilidad política y social para los españoles, y es el acuerdo en torno a ella el que lo ha hecho posible y el que debe seguir guiando y preservando el normal funcionamiento de la vida democrática.
Pastor abogó por «mirar en perspectiva» para apreciar la sustancial mejora de la vida de los españoles propiciada por la Constitución y se refirió como ejemplos a la esperanza de vida, a la sanidad, a la integración de las personas con discapadidad, a la educación o a los derechos de la mujer, aunque quede «mucho por hacer». Subrayó también la derrota de ETA y se mostró convencida de que también «haremos prevalecer nuestros valores democráticos sobre la barbarie yihadista», con un recuerdo a las víctimas del terrorismo que mereció los aplausos de los presentes.
Mencionó de forma expresa el Estado de las autonomías asentado en la Constitución, que ha permitido «el libre desarrollo de la personalidad de cada una de ellas reconociendo sus instituciones, sus lenguas y sus rasgos característicos», haciendo de España uno de los países más descentralizados del mundo y consolidando una diversidad «que suma y nos enriquece como nación». «Es precisamente esa riqueza cultural y esa múltiple aportación al conjunto de nuestra realidad como pueblo lo que nos une y lo que configura este espacio de todos y al que pertenecemos todos».
Pastor recordó unas palabras del fundador de la Lliga Regionalista, Francesc Cambó, en 1916 para asegurar que España es «una cosa viva», «esa antigua nación que tanto ha representado para la historia de nuestro continente y del mundo» y que se transformó en una nación moderna con la Constitución y con su integración en Europa, donde ha demostrado que es un país «solvente, capaz de asumir sus obligaciones y de mantenerse firme en el camino del progreso».
Ha demostrado también, añadió, que España ha demostrado ser un Estado de Derecho «capaz de responder siempre con la ley, sin que nadie pueda ponerse nunca por encima de ella» porque en una nación democrática la ley es «la garantía de los derechos de todos; la guardiana de nuestra seguridad; el freno contra el intento de cualquiera que pretenda someternos arbitrariamente a sus deseos», y respetarla es «imprescindible» para la convivencia.
«REFLEXIONAR EN PROFUNDIDAD»
Al hablar del futuro de la Constitución, recordó las palabras del Rey para alertar de que si hay acuerdo en lo principal y lo decisivo «no debemos consentir que diferencias de matiz o inconvenientes momentáneos debiliten nuestra firme confianza en España y en la capacidad de los españoles de profundizar en los surcos de la libertad y recoger una abundante cosecha de justicia y de bienestar».
«El futuro de nuestra sociedad democrática debe hundir sus raíces en los logros de la Constitución», aseguró Pastor, convencida de la necesidad de «reflexionar en profundidad para incorporar los cambios y transformaciones que nos permitan dar continuidad a nuestra historia de éxito».
Pastor llamó a «actuar solidariamente para definir los caminos de paz, de libertad y de progreso para todos» y a hacerlo en el Congreso de los Diputados sin olvidar los «múltiples asuntos de gran importancia que ocupan habitualmente nuestra labor legislativa» siempre buscando el consenso.
En su intervención, Pastor se refirió al papel esencial que en democracia juegan los medios de comunicación en un futuro «especialmente necesitado de antídotos contra la posverdad y la manipulación» y con su deber de afianzar los valores democráticos. «Es precisamente en la Constitución donde se encuentra la mejor garantía para la libertad de expresión, la independencia de la información y la defensa de las distintas posturas y opiniones políticas», apuntó.
Se remitió a lo logrado hace casi cuarenta años para poner en práctica «la lección aprendida: que si actuamos juntos, conseguiremos alcanzar también las mejores metas para todos», y reprodujo palabras del Rey para aseverar que la España del siglo XXI debe basarse en «una suma leal y solidaria de esfuerzos, de sentimientos, de afectos y de proyectos».
Pese a las transformaciones de los últimos cuarenta años, concluyó, «los principios de nuestra convivencia y de nuestra democracia siguen y deben seguir tan vigentes como ese pueblo español que es el único titular de sus derechos soberanos y el único dueño de su destino».