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Pau Yoex, el lenguaje oculto de las formas

Por Antonio Sánchez. Curador y director de 1819 Art Gallery.

La colección de Pau Yoez es una manifestación vibrante y apasionada del arte abstracto contemporáneo, donde la técnica del vertido de pintura y la Composición orgánica se entrelazan para ofrecer una experiencia visual que va más allá de lo meramente estético. Esta colección no solo es un testimonio de la habilidad técnica del artista, sino también un reflejo de las profundidades emocionales y las reflexiones filosóficas que se plasman en cada obra.

El vertido de pintura, una técnica que ganó prominencia a mediados del siglo XX con artistas como Jackson Pollock, es utilizada aquí de manera magistral. Las obras presentan una paleta de colores que varía desde tonos intensos y vibrantes hasta matices más suaves y etéreos, creando una danza cromática que captura y retiene la mirada del espectador. Los patrones y texturas resultantes de esta técnica evocan sensaciones de movimiento y dinamismo, como si las pinturas estuvieran en constante flujo.

Cada pieza en esta colección es un universo propio, un microcosmos donde el color, la forma y la textura convergen para contar historias sin palabras. El uso del rojo, por ejemplo, puede transmitir una gama de emociones que van desde la pasión ardiente hasta la agresividad cruda, mientras que los tonos azules y verdes invitan a la calma y la introspección. El negro, por su parte, actúa como un ancla, aportando profundidad y contraste.

Las composiciones son, en muchos casos, caóticas a primera vista, pero con una observación más detenida, se revela una estructura subyacente. Líneas y curvas parecen emerger de manera espontánea, guiando la mirada a través del lienzo y creando un recorrido visual que es tanto intuitivo como deliberado. Los elementos circulares y las formas abstractas invitan a la interpretación, permitiendo que cada espectador proyecte sus propias experiencias y emociones en la obra.

Esta colección es un viaje emocional. Algunas piezas evocan la sensación de estar ante una tormenta, con colores y formas que chocan y se mezclan en una vorágine de energía. Otras, en cambio, sugieren paisajes serenos o incluso visiones cósmicas, con patrones que recuerdan galaxias distantes y nebulosas. El espectador es llevado a reflexionar sobre la naturaleza del caos y el orden, la creación y la destrucción, temas universales que resuenan a través de las formas abstractas y los colores vibrantes.

La atmósfera general que emana de esta colección es una de intensidad y contemplación. Es un recordatorio de que el arte, en su forma más pura, es una exploración de lo desconocido, un intento de capturar lo inefable y darle forma. Cada obra es una ventana a la mente del artista, un destello de su visión única del mundo y de las emociones que lo habitan.

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