El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, celebró este martes el plan del Gobierno de España para modificar la vigente reforma laboral impulsada en la etapa del PP, porque es un asunto “que no admite espera” y que habría que haber promovido antes del estallido de la pandemia.
En una entrevista con Servimedia, Álvarez dijo que «hay que recuperar la normalidad» y “no podemos estar solo trabajando sobre las cuestiones que tienen que ver con la pandemia, sino que también tenemos que entrar a hablar de los problemas estructurales del país, porque los fondos que vienen de la UE van a requerir que el país tenga proyectos, y uno de ellos tiene que ser un sistema de relaciones laborales que nos permitan avanzar hacia ese proceso de transformación a una economía verde, justa y circular”.
Sobre las nuevas tensiones en el seno del Gobierno que puede abrir este frente de la reforma laboral, el líder ugetista cree que el plan no es otra cosa que “el pistoletazo de salida al cumplimiento del programa de Gobierno”, y es algo que no puede demorarse en la legislatura.
“El tiempo en ningún caso puede ser una artimaña para que no se produzcan avances o desacuerdos en la negociación. No vamos a poner plazos cerrados, pero este tema habría que haberlo abordado en el mes de marzo, no se abordó y ahora no admite espera”, remarcó. “No se pueden sacar por un lado los temas de relaciones laborales y por otro el modelo productivo, es indisociable, son dos elementos que van intrínsecamente juntos”.
Para el responsable de UGT, que cree que la CEOE está en condiciones de llegar en este asunto a un entendimiento en el diálogo social, hablar de la derogación de la reforma laboral es “partir del lugar en que estábamos en diciembre del año pasado o hace cuatro años, pero hoy con más razones».
«Las reformas laborales del Gobierno del PP no han generado ningún tipo de beneficio ni para los trabajadores ni para el sistema productivo español; durante la pandemia se han visto que no sirven cuando hay crecimiento económico y menos cuando estamos en una situación de crisis tan profunda como la que tenemos”, dijo.
En su opinión, si la reforma del 2013 “se hizo por decreto sin consultar a nadie”, “ahora va a haber un proceso de diálogo, y la mayoría de trabajadores de este país han votado de manera amplia programas políticos que confluyen, en más o menos intensidad, en que hay que hacer un cambio profundo en el sistema de relaciones laborales, y se tiene que hacer”.