El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha anunciado que desde este lunes se encuentra en proceso de consulta pública el anteproyecto de ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario que el Consejo de Ministros aprobó en primera lectura hace una semana.
De esta forma, las organizaciones, colectivos y ciudadanos en general interesados podrán realizar sus aportaciones a esta norma hasta el próximo 1 de diciembre.
Con este trámite se quiere dar audiencia a los distintos agentes de la cadena alimentaria, organizaciones y colectivos del sector y con intereses en esta propuesta normativa, y ciudadanos en general.
Este proceso es fundamental porque permitirá recabar la sensibilidad de todos los interesados, y sus aportaciones servirán para enriquecer y mejorar el texto de la futura ley. Para trasladar estas aportaciones se ha habilitado el siguiente buzón bzn-leyPDA@mapa.es.
Durante una visita al Salón Gourmets, que hoy ha iniciado su 34 edición, el ministro ha asegurado que este período de consultas será un debate social «muy interesante».
En este sentido, ha explicado que la ley será un «gran instrumento para que dentro de la cadena alimentaria se produzca el menor despilfarro posible de alimentos, objetivo muy importante desde el punto de vista económico, ambiental y ético y moral».
Asimismo, ha reconocido las buenas prácticas que en esta materia ya hacen agricultores, ganaderos, pescadores y la industria y distribución, de las que ha dicho han servido de inspiración a la ley, pero que es preciso avanzar más porque el objetivo es reducir el desperdicio alimentario a la mitad para el año 2030.
El ministro ha realizado este anuncio durante su visita al Salón Gourmets, donde ha manifestado que la «calidad» y la «diferenciación» de los alimentos y bebidas son un factor clave para conseguir más rentabilidad de las explotaciones y más beneficios para agricultores, ganaderos y pescadores, así como para las industrias agroalimentarias asociadas.
Esta feria, que se celebra hasta el día 21 en Ifema, es el encuentro más grande de Europa y una de las referencias mundiales en el segmento de productos alimentarios y bebidas de alta gama.
Es tradicional la participación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que, en esta edición, está representado a través de «El país más rico del mundo», un espacio gastronómico de 1.400 metros cuadrados en el que se han programado cocina en directo, conferencias, presentaciones, desayunos y aperitivos elaborados con los productos de calidad de la gastronomía española.
Makro adquiere 6.000 kilos de manga roja de La Palma para evitar desperdicio alimentario
En este sentido, Makro ha adquirido más de 6.000 kilos de manga roja de La Palma que ha puesto a la venta en sus tiendas de Canarias (Telde, Laguna y Adeje) desde el pasado 14 de octubre y estará disponible hasta mañana martes.
En el primer día se vendieron más de 300 kilos de esta fruta en una sola tienda. De este modo, Makro pretende luchar contra el desperdicio alimentario, al tiempo que apoya a los agricultores de La Palma en este complicado momento.
La compañía confía en más de cien proveedores locales, desde agricultores, ganaderos, fruticultores y múltiples empresas para vender sus productos. Así, Makro apoya a toda su cadena de valor y contribuye a dinamizar las economías locales.
En palabras de Marta Pérez Postigo, directora de Comunicación Corporativa y RSC de Makro, «el desperdicio alimentario es un problema estructural de nuestra sociedad que requiere la colaboración de todos. Por ello, desde Makro hemos decidido poner en marcha esta iniciativa para evitar que miles de kilos de fruta acaben en el vertedero, al tiempo que apoyamos a los agricultores de La Palma. Es fundamental apoyarles ante esta difícil situación».
Esta acción se enmarca dentro de la estrategia de Responsabilidad Social Corporativa desarrollada por Makro y que tiene como objetivo contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En concreto, la compañía pretende dar respuesta al ODS 12 -Producción y Consumo Responsable- y su tercera meta de reducir a la mitad para 2030 el desperdicio de alimentos per capita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores, así como la reducción de las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha.