La parte del Gobierno vinculada a Unidas Podemos aseguró este viernes que el borrador de los Presupuestos Generales del Estado incorporará «una mayor carga fiscal sobre las grandes rentas y patrimonios», pero el Ministerio de Hacienda rehusó confirmar este extremo; ambas partes coincidieron en que la negociación está «avanzada».
Fuentes gubernamentales de Unidas Podemos consultadas por Servimedia indicaron que la propuesta fiscal del anteproyecto de Presupuestos, que están elaborando los equipos liderados por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Economía de Podemos y secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez «está avanzada», si bien «no hay acuerdo aún» pese a que en las últimas horas se ha generado «bastante confusión» mediática al respecto.
Las fuentes mencionadas aseguraron, eso sí, que «habrá una mayor carga fiscal sobre las grandes rentas y patrimonios, tal como recoge el acuerdo de gobierno» firmado en enero por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el vicepresidente segundo y líder de Podemos, Pablo Iglesias. Sin embargo, no pusieron cifras concretas a esas eventuales subidas del IRPF y del Impuesto de Patrimonio en sus tramos más altos.
Por su parte, las fuentes de Hacienda consultadas por esta agencia ni siquiera confirmaron que se vaya a producir finalmente esa subida en ambas figuras impositivas focalizada en un sector muy concreto. «Vamos avanzando, pero no podemos confirmar ningún extremo», apuntaron.
El acuerdo de gobierno establecía con precisión que se subirían «dos puntos los tipos impositivos sobre la base general para los contribuyentes que tengan rentas superiores a 130.000 euros y cuatro puntos para la parte que exceda de 300.000 euros», y, en el caso de las rentas de capital, «se incrementará en cuatro puntos porcentuales para dichas rentas superiores a 140.000 euros». Además, recogía el texto más vagamante, «se estudiará la fiscalidad de las grandes fortunas».
Ayer, Iglesias, volvió a garantizar en una entrevista que en los Presupuestos «va a haber elementos de justicia fiscal, de redistribución, de corregir la desventaja competitiva” que tiene España de siete puntos de brecha fiscal respecto a la media de la UE. Entre otras cosas, remarcó, porque “es una orden del acuerdo de gobierno”. Retomó así su promesa del pasado 2 de septiembre de que habría «una revisión de la fiscalidad en un sentido progresivo y redistributivo”, que había relativizado en declaraciones posteriores, sobre todo en lo referente al Impuesto de Sociedades.
El propio Nacho Álvarez concedió el día 10 que “en un contexto de pandemia es posible graduar el acuerdo de coalición» y que «no es una urgencia abordar una reforma fiscal en profundidad en este momento». Y, un día más tarde, el ministro de Consumo y coordinador federal de IU, Alberto Garzón, afirmó que «el propósito de Unidas Podemos siempre ha sido subir los impuestos directos a los tramos más altos”, y que “eso implica IRPF”, pero a continuación relativizó la urgencia del propósito al deslizar que “tarde o temprano habrá que hacer esa reforma fiscal”.
Desde Unidas Podemos venían deslizando en los últimos días que sus prioridades sobre qué ha de incluir el anteproyecto de Presupuestos se focalizarían en las partidas de gasto, no de ingresos, con énfasis en la inversión en servicios sociales, dependencia, políticas activas de empleo, educación infantil, lucha contra la violencia machista, rehabilitación de viviendas y transición energética.